jueves, 27 de agosto de 2015

Se nos fue de las manos

















La luna ya hace rato que ha salido
el verano se muere.
Y la maldita vela se ha apagado.
Pero ya nada temo, ni nada se me antoja irreverente.
Sonrío.
Sonríes.
Los dedos por aquí, y por allí
. Y nos miramos.
Un poco de ternura que no existe, palabras que nos ríen carcajadas.
Solos tú y yo...
Sin nada que nos cubra las miradas.
Sudamos de emociones compartidas, sabemos que es pecado
y el pecado se torna transitable
con mi boca en tu boca
con tu lengua en mi cuello
con tus manos tocando... allá dónde no las veo.
Y a un metro de tu boca
ya no me pierdo más. Me quedo sola.

No es verdad que no quiera, y nos dejamos.

En un rincón sin luz nos pervertimos
y por un hueco escondido te me metes. Otra vez.
Y canta el mar.
Las olas se hacen eco y escandalizas al vecino del octavo que anda insomne.
Ya no te vendo.
Rozándonos al punto de morir de la alegría y al mismo tiempo noche... que se va, y que se acaba.

 No es verdad que no quieras
ni que en una suerte del azar venga el destino y ¡zas! te cambie el rumbo.

Se nos fue de las manos, de los dedos, de los labios.
Se nos fue todo a una...
Y nos lo bebimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario