domingo, 30 de agosto de 2015

Ángel

Daban las 10 de la noche
y temí que esa llamada no llegara.
y apareciste tú.
Todo fue como siempre (o como nunca, pensé en aquel momento), como siempre creí que sería, más bien.
Porque entre letra y letra sentí mi piel dormida despertando,
entre labio y labio viví las sensaciones más lejanas aquí dentro.
Porque entre broma y broma aprendí a dormir desnuda y evite que la noche me pillara sin tus sueños.
Y entre beso y beso eduqué a tu manera a mi cuerpo a ceder
y abrir las piernas así
como decías.
Entre risa y risa logré
que entre el rubor de mis mejillas más redondas
te alzaras tú
y tus alas perezosas.
Conociéndote.
No fue cosa de un día, ni de dos.
Al tercero te descubrí tan mío...
que ya no quiero más si no es contigo.

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